Preocupa incremento del embarazo adolescente
Doce años atrás, la imagen de Julia copó las portadas de los principales periódicos de Paraguay. Se trataba de una precoz madre que, con apenas 11 años, cargaba en sus brazos al bebé que había dado a luz por cesárea. Lo peculiar del caso es que su hijo era su hermano, porque ella había sido abusada por su propio padre.
Situaciones como estas no son las primeras ni las últimas que han ocurrido en ese país ni en otros de América Latina y el Caribe y, a pesar de que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) acompaña a los gobiernos de Latinoamérica en sus políticas de prevención del embarazo adolescente, las cifras resultan aún preocupantes y van en aumento.
De cada 1.000 embarazadas en esta región, 76 de ellas están en edad adolescente (de 14 a 19 años). Estas estadísticas ubican al continente en segundo lugar con mayor tasa de fecundidad adolescente y el único que ha reportado un aumento de ese indicador en los últimos 30 años del siglo XX. En primer lugar está Africa, con 100 embarazos adolescentes por cada 1.000.
Los datos pertenecen al informe de la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), denominado “Reproducción adolescente y desigualdades en América Latina y el Caribe: un llamado a la reflexión y a la acción”, elaborado por Jorge Rodríguez Vignoli, en 2008.
El fenómeno del embarazo adolescente fue analizado durante el Tercer Encuentro Iberoamericano de Periodistas: Juventud y Medios de Comunicación, llevado a cabo en la capital panameña, del 27 al 29 de enero, organizado por la OIJ y apoyado por el Ministerio de Desarrollo Social de Panamá.
Cambiar la cultura
Marcela Suazo, directora del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) para América Latina y el Caribe y analista de una de las mesas redondas del encuentro, dijo a SEMlac que para que las políticas de prevención sean efectivas y disminuyan las tasas de fecundidad adolescente “necesitamos cambiar la cultura para que, desde el servicio educativo, se pueda crecer con un entendimiento de nuestros roles y patrones culturales que nos identifique con nuestro propio desarrollo biológico”.
El informe citado enciende otra alarma cuando dice que la fecundidad adolescente sigue siendo mucho más elevada entre sectores pobres que entre quienes tienen un nivel económico un poco más elevado y que las causas estructurales son complejas. |